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Arquitectos: güey studio
- Área: 77 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Eduardo Mendoza
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Proveedores: Arkiramica, Gree, Pinturas Berel, USG
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Encontrándose en el contexto de una plaza de más de 50 años en el corazón del “Viejo Vallarta”, farmacia del río consultorio + medicina es el inicio de una nueva franquicia de farmacias que serán ubicadas en distintos puntos de Puerto Vallarta.
La inspiración del proyecto parte de un acercamiento a lo tradicional, en combinación con una perspectiva nueva, que busca la expresión del interior hacia el exterior, con un concepto de colores vibrantes y llamativos, poco usuales en lo que a tipologías de salud en la ciudad se refiere.
Comenzando por el exterior, la fachada se mimetiza al entorno, con materiales locales que brindan textura natural, y colores adecuados para mantener la imagen urbana general. En el interior, con el propósito de otorgar sensaciones de ánimo y júbilo a un espacio comúnmente monótono, se implementa una gama de tonalidades que generen un interés visual al igual que un ambiente anímicamente confortable.
Con el fin de atraer la atención del peatón, se toma como ventaja el uso de colores en el interior y se extiende visualmente a la fachada a través de un ventanal tipo aparador, colocado justo al borde de la acera, que permite al espectador y transeúnte vivir el espacio interno desde el exterior, captar la mayor entrada de luz natural posible durante el día y de noche fungir como un gran anuncio luminoso.
Para el área de farmacia se genera la predominancia del color azul en el espacio privado, separándolo de lo público, enfatizándolo aún más con la colocación del mueble de atención en un tono contrastante. En cohesión con el uso de ambas áreas, se encuentra la estantería hecha en madera, mostrando la veta natural de las mismas, en inspiración de la naturalidad de las tiendas de medicina botánica.
Por otro lado, la cocineta busca resaltar con su composición en colores primarios y un patrón reticular simple, disrumpiendo la continuidad del espacio creada por los pasillos y generando un área visualmente divertida que distingue su uso del resto del espacio. Tanto en la cocineta como el resto del establecimiento, una iluminación neutra fue primordial para resaltar los patrones y colores sin modificarlos visualmente.
La farmacia y el consultorio son espacios en conjunto, pero con distintas funciones y actividades, por lo que fueron separados por dos ingresos principales, conectados a través de un recibidor accesible tanto para peatones comunes como personas con capacidades diferentes.
Considerando la dinámica de la sala de espera, la colocación de colores fue primordial para incidir en el usuario sensaciones que le permitieran gozar del espacio. Con el color amarillo representando energía, fuerza y felicidad, color azul simbolizando serenidad y calma, por último, el color rosa amabilidad y delicadeza.
En contraste con una sala de espera vistosa y animada, tenemos el consultorio, un espacio tranquilo y enfocado en prestar atención a la salud. Este se mantuvo en un color que armoniza con lo simple y puro, pintándose totalmente de blanco, con toques de color en el mobiliario para conservar congruencia con el concepto principal.